Suspendido entre la ingravidez y la fragilidad, parece descansar en el límite entre la esperanza y el absurdo. Su gesto sereno contrasta con la inestabilidad del objeto que lo sostiene: un símbolo inflado de aire, tan liviano como las promesas humanas en medio del universo.
Gravedad del Amor reflexiona sobre la vulnerabilidad emocional y la búsqueda de significado en un entorno donde nada tiene peso. El globo, efímero y delicado, representa la ligereza del sentimiento y su constante riesgo de estallar. El astronauta, figura recurrente en mi obra, observa sin juicio, recordándonos que incluso en la vastedad del cosmos seguimos intentando aferrarnos a algo que nos haga sentir menos solos.

